Por Geno Rodríguez Castañeda
Muchos nos guardamos las cosas, sonreímos y seguimos adelante. A pesar de los rechazos, a pesar de tener hambre, a pesar de que nos sentimos solos, solas... Seguimos trabajando, cuidando a nuestra familia y manteniendo nuestras amistades por redes sociales o por teléfono.
Cuando hacemos esto es equivalente a vivir en la superficie. Muchos nos mantenemos a este nivel, nos da terror llegar a la profundidad de nuestro mar interno. ¿Por qué? pues porque allí vive el dolor que callamos, ahogamos y mantenemos. ¿Pero te has preguntado qué pasaría si pasamos más allá del dolor? Tu vida cambia cuando te atreves a explorar con curiosidad y amor los sentimientos que reprimes.
Te voy a contar algo, las ballenas juegan y respiran en la superficie pero la mayoría de la comunicación y conexión ocurre en las profundidades marinas. Las ballenas en vez de quedarse en la superficie, se sumergen en lo profundo desde allí comunican su amor al cantar.
Si te encuentras mucho tiempo en la superficie, revisando FaceBook, TikTok y cómo te percibe todo el mundo, y cuando intentas profundizar te bloqueas y no puedes continuar... lo más seguro es que necesites apoyo de un profesional para responder preguntas más fundamentales para empezar a conocerte y amarte, tipo, ¿quién soy? La respuesta no es tan importante como el camino hacia ella y la respuesta se vuelve aún más importante cuando tienes hijos o nietos, pues es esa esencia la que quieres dejar cuando ya no estés.
En Esperantza te apoyamos con profesionales que te pueden apoyar para que encuentres tu propio canto en la profundidad, ya sea con citas individuales o con actividades semanales, como arte terapia o grupos de apoyo. Las ballenas dependen una de otra, te invitamos a que no te sientas solo y conectemos en camino hacia la profundo.