Nuestras abuelas, y tal vez nuestras madres, llegaban al mercado en donde los colores llenaban sus ojos y también su hambre. Allí negociaban el precio y decidían la comida de la familia para el almuerzo y la cena.
Muchos de nosotros/as ahora vivimos de prisa, sin tiempo para pensar en lo que comemos, a lo que se conoce por: comer sin poner atención. Esta es una de las razones por las cuales en Estados Unidos existe una epidemia de obesidad. Según el Centro para Control y Prevención de Enfermedades (CDC) el 44.8 % de los latinoamericanos viviendo en Estados Unidos padece de obesidad, que conduce a otras condiciones como riesgos de paro cardiaco y diabetes (1).
Con tanto trabajo y estrés, lo primero que olvidamos es ponerle atención a lo que compramos, cocinamos y comemos. La Dra. Lilian, W.Ch. Cheung en su libro “Saborear”, aconseja sobre lo importante que es poner atención desde que planeas los alimentos hasta que los pruebas.
A continuación, un resumen de los consejos para saborear los alimentos y reducir la impulsividad cuando comemos según el budista Thich Nhat Hanh y la Dra. Cheung (2), empieza primero con una lista de compras. Considera el valor alimenticio de lo que consumes cuando hagas tu lista de compras y luego adhiérete a ella. Llena la mayoría de tu canasta de compras con vegetales y frutas; evitando los pasillos del medio que contienen comidas altamente procesadas. Además de evitar los dulces que las tiendas colocan cerca de la caja de pago.
Llega a la mesa con apetito, pero no muriéndote de hambre. Si te saltas una comida, puede que estés muy ansioso de poner algo en tu estómago, eso es como llenar un vacío y no permitirá que disfrutes de tu comida.
Empieza a comer una porción pequeña, puede que te ayude a limitar el tamaño de tu plato. Busca un plato de menos de 20 centímetros de diámetro.
Disfruta lo que comes. Toma un minuto o dos al empezar a comer, para darte cuenta de todo lo que está en la mesa y de las personas que están sentadas contigo. En silencio o verbalmente, expresa tu gratitud por la oportunidad de disfrutar tu comida y la compañía con la que disfrutas de tus alimentos.
Trae todos tus sentidos a tus alimentos. Cuando cocines, sirvas y comas tu comida, ponle atención al color, textura, aroma y hasta los sonidos que la diferente comida hace cuando la preparas y comes.
Come con bocados pequeños. Es mucho más fácil saborear tu comida completamente cuando tu boca no está totalmente llena. Deja tus cubiertos en la mesa entre cada bocado que tomes.
Mastica por un largo tiempo. La saliva es muy importante en el proceso de digestión. Mastica y trata de identificar los distintos sabores de cada masticada. A veces necesitarás hasta 20 o 40 masticadas para identificar los diferentes sabores.
Come despacio. Si sigues el consejo de tomar bocadillos pequeños y masticar 20-40 veces cada bocadillo, no comerás rápido. No olvides también de entablar conversaciones agradables en la mesa, comer es como nos conectamos y disfrutamos.
La comida es uno de los placeres de la vida, las dietas restrictivas y la prisa en la que vivimos nos han privado de disfrutar al máximo ese placer. ¡Vuelve a descubrir el amor por lo que comes y verás que bien se siente nutrir tu cuerpo, pero sobre todo nutrir tu sentimiento de bienestar!
Thich Nhat Hanh & Lilian Cheung.2010. Savor, mindful eating, mindful life. HarperOne.304 pp.
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